El boom de las criptomonedas no solo en Latinoamérica, sino a nivel mundial, ha generado muchas expectativas: desde su origen como una apuesta de ahorro e inversión, ahora los jugadores del sector vaticinan que su uso como medio de pago será un punto de inflexión que marcará un antes y un después, así como un apogeo en términos de adopción, uso e inversión.
La industria financiera empieza a dar los primeros pasos hacia la transaccionalidad de las cripto como una ventana hacia un terreno más firme y real, que contenga la volatilidad, el desconocimiento generalizado y la incertidumbre regulatoria que generan.
Las plataformas de exchange fueron el formato inicial de conexión, pero hoy los casos de uso se vuelven más relevantes ante el involucramiento de gobiernos y grandes actores financieros que contemplan atentamente la región.
“Cripto, más que una ola de jugadores es una plataforma distinta de tecnología, una forma diferente de pensar las finanzas que trae beneficios muy claros para resolver ciertos casos de uso”, señaló Pablo Cuarón, director de nuevos flujos de pago en Mastercard a iupana, desde Ciudad de México.
La empresa en mención está involucrada desde hace un tiempo en la tarea de sumar activos digitales a su red de pagos. Para ellos, la tendencia es inconfundible, y ahora mismo se están preparando para abordarla en el corto o mediano plazo.
Para el directivo, el universo cripto permite resolver problemas de las finanzas tradicionales -y ahí radica parte de su fortaleza-.
“La facilidad o eficiencia para mover dinero de forma internacional, la transparencia de transacciones por blockchain y los beneficios de acceder a servicios financieros para no bancarizados, son argumentos importantes para pensar que esto no es solo una tendencia: es algo de lo que vamos a estar hablando en los próximos años”, sostiene.
Si bien los negocios cripto no han alcanzado madurez en América Latina, sí han evolucionado en términos de especialización, y se espera que sigan en esa línea.
Por ello, de acuerdo con Miguel López, principal en el fondo de deuda privada Addem Capital, el ecosistema de criptomonedas en Latinoamérica se encuentra en una “segunda etapa”, después de una primera fase impulsada principalmente por la “especulación”, por lo que no pasará mucho tiempo para ver nuevos modelos surgir en la “economía real”.
López añade que, si bien son una alternativa a las monedas fiat, aún hay que “resolver varios temas regulatorios, tecnológico y transaccionales” antes de que se conviertan en un medio de pago o resguardo confiable.
“Cuando empiece el tema de pagos, por ejemplo, van a tener que nacer o adaptarse muchas fintech para que las tiendas puedan cobrar bitcoin […] más fácil, quizás con código QR”, propone, también desde Ciudad de México.
Reto transaccional de las cripto en LatAm
Muchas empresas en América Latina están operando sin una hoja de ruta hasta el momento, ello debido a una falta de claridad regulatoria y tributaria que no solo genera incertidumbre para los jugadores, sino también para los inversores.
No obstante, el vacío legal no ha mermado el crecimiento de las plataformas, que atraen a usuarios interesados en huir de las fluctuaciones de sus monedas y los cuellos de botella en las transacciones bancarias.
“El primer gran paso que debe hacerse para que el mundo cripto crezca como una moneda de seguridad es que existan más comercios que la usen como medio de cambio o que las acepten, sean grandes o pequeños”, reitera Javier Castro, CEO y fundador de Lunafish Partners en Lima, empresa gestora de patrimonio.
“Mientras eso no se rompa, el mundo va a estar en observación”.
Para Castro, si bien la falta de normas ligada a la baja penetración de las criptomonedas son factores que juegan en contra, el sector aún ofrece muchas oportunidades de exploración, sobre todo, en línea, con el auge de la economía digital.
“Las monedas digitales, como cripto, son la gran apuesta del mundo por el nuevo orden”, apunta.
La incursión de empresas reconocidas en el sector también juega un rol importante para las criptodivisas, particularmente para incrementar la confianza de los usuarios.
Mastercard está orientando su proceso de integración de las cripto desde una óptica de adquisiciones que le permita robustecer su ecosistema.
Una de sus últimas compras fue Ciphertrace, una empresa de análisis forense de blockchain que ofrece soluciones de protección contra fraudes, lavado de dinero y servicios de investigación financiera. Una apuesta con la que esperan garantizar la seguridad de las transacciones, una vez que logren traer cripto a su red.
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“Cripto tiene un potencial gigantesco, sobre todo cuando empecemos a ver mayor dinamismo en P2P (peer to peer), envíos entre usuarios, y –eventualmente- llegar al punto en el que se pueda transaccionar, ya sea vía stablecoins o un proceso más fluido para poder pasar de cripto a moneda fiat”, explica Cuarón.
“Ahí hay oportunidad y las conversaciones irán en esa dirección”, asegura.
La naturaleza volátil de las criptomonedas será el mayor reto al que se enfrente la industria, sobre todo, la de pagos. Las variaciones abruptas en el valor de algunas las criptomonedas representan un riesgo muy importante para transacciones que ocurren en fracciones de segundos, de acuerdo con el experto.
“Encontrar la forma de navegar y manejar esa volatilidad es uno de los retos más importantes para cerrar el gap entre cripto como inversión y cripto como producto transaccional”, añade.
Mientras eso ocurre los capitales siguen lloviendo. El venture capital a nivel mundial ha creado 18 unicornios cripto y levantado US$ 2.6 billones en fondos aproximadamente, según datos recopilados por Bloomberg. En América Latina, la plataforma mexicana Bitso está liderando la escena, con una valoración de US$ 2.200 millones.
Para López, de Addem Capital, el “exceso” de liquidez a nivel mundial ha dirigido recursos a desarrollar la criptoeconomía, lo cual a su vez ha fortalecido el sector creando nuevos modelos de negocio con propuestas de valor cotidianas y concretas para los usuarios.
En ese sentido, considera necesario que los cimientos de los nuevos modelos de negocio se sostengan en propuestas más cotidianas y concretas para el uso común de los usuarios.
“Después de eso, posiblemente empecemos a ver productos cripto como préstamos, cuentas de ahorro o seguros”, dice.
Billeteras, stablecoins y préstamos cripto
La creación de empresas cada vez más especializadas, que resuelven necesidades puntuales de administración y protección de activos, está permitiendo ampliar la base de usuarios, distando así de segmentos sofisticados de la población.
Una vía para robustecer la adopción es a través del desarrollo de billeteras cripto, las cuales están ingresando al mercado como un primer vehículo de acceso a consumidores, invitando a “inexpertos” a hacer sus primeras inversiones con estas monedas.
Abra, por ejemplo, una wallet de Silicon Valley que llegó a América Latina de la mano de Inbestgo, está experimentando de primera mano cómo una billetera gana repercusión en un mercado “aún incipiente, pero con mucho potencial”, según comenta David Aw, CEO de Inbestgo, desde El Salvador donde hace solo unas semanas bitcoin se convirtió en moneda de curso legal.
La billetera tiene unos 2 millones de usuarios a nivel mundial. Aterrizaron recientemente en Guatemala y Perú, tiene presencia en Brasil y este año esperan abrir tienda en República Dominicana y Honduras, y el próximo llegar a Chile, Paraguay, Uruguay, Ecuador y Colombia en un desembarco acelerado.
El producto va un paso más allá del exchange y permite a los usuarios armar portafolios con más de 130 criptomonedas, ganar intereses, solicitar préstamos directos y enviar dinero.
“El mundo está tendiendo más a estas tecnologías, cada vez hay más usuarios en América Latina”, considera Aw. “No tenemos acceso tan fácil. No hay un ‘banco’ confiable”, agregó el CEO tras adelantar que los planes de Abra son convertirse en un crypto banking global y no quedarse únicamente como billetera para Latam.
Otros modelos de negocio que irán proliferando serán los relacionados a las monedas estables atadas a los bancos centrales de los países, que no dependen tanto de la volatilidad del mercado descentralizado.
“Ahí hay un caso de uso importante y una propuesta de valor diferente que resuena mucho en mercados de alta inflación o con alta volatilidad de cambio”, señala el directivo de Mastercard.
Para el director de Addem Capital, por su parte, la oportunidad más reciente se encuentra en el segmento de los créditos.
BlockFi, por ejemplo, una plataforma estadounidense que ofrece servicios financieros tradicionales, pero usando criptomonedas, ofrecen productos de crédito y ahorro. Los usuarios pueden usar sus criptomonedas como colateral para obtener run préstamos en dólares, u obtener un préstamo directo en criptos que, típicamente, se usa para las operaciones de trading con criptomonedas.
“¿En qué casos hace sentido que la gente haga esto? Cuando tiene criptomonedas que no quiere vender ya sea porque quieren mantener la inversión o porque no quieran pagar el impuesto hasta después”.
Otro modelo que está tomando fuerza en Estados Unidos y podría avanzar en Latinoamérica, de acuerdo con López, es el préstamo a través de criptomonedas. Es decir, préstamos de bitcoin y el cobro es bitcoin más intereses.
“Veo muchas oportunidades para desarrollar la economía real con el uso de las criptomonedas”, adelanta.
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