La ola de adquisiciones de 2021 cambió la cara de la industria financiera. Con bolsillos llenos de capital de riesgo, las fintechs se lanzaron a comprar bancos y otras startups para agregar productos a su oferta, en una demostración de reagrupación financiera o rebundling.
En junio, la mexicana de préstamos a empresas Credijusto adquirió el Banco Finterra, el primer caso de la región donde una fintech compró un banco para acelerar su crecimiento. Esta operación abrió puertas para que otros jugadores del sector agilizaran sus movimientos.
Por ejemplo, Nu (como se le conoce a Nubank en México) también compró en septiembre la sociedad financiera popular (sofipo) Akala, lo que habilita al unicornio a captar ahorristas. La jugada luego fue emulada por la fintech argentina Ualá, que adquirió al banco ABC Capital de México en noviembre tras su imposibilidad de abrir nuevas cuentas a través de su exsocio Belanea, que no logró la licencia de operación por parte del regulador.
Otras fintechs siguieron escalando con la adquisición de empresas más pequeñas, especializadas en ciertos productos. El prestamista digital Konfío adquirió a la fintech Sr. Pago en México, una operación que le permitió incorporar soluciones de pago para su público objetivo, la pymes.
«En vez de tratar de competir, hace mucho más sentido hacer este tipo de esquemas de fusión y adquisiciones que permitan consolidarse en el mercado”, comentó a iupana Enrique Marú, exdirector de ingresos de Sr. Pago y ahora vicepresidente de marketing de Konfío.
En la otra acera, los bancos con una necesidad de innovación importante también optaron por las adquisiciones. El Banco de Crédito e Inversiones de Chile (BCi) compró en junio a la fintech Pago Fácil con el fin de reforzar su plataforma de pagos y su capacidad de integrarse a miles de comercios.
Definitivamente, en este 2021 los bancos se hicieron cada vez más fintechs y las fintechs se hicieron cada vez más bancos.