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«Libranzas»: Cómo los préstamos de nómina apoyan la inclusión financiera en Colombia

Ago 30, 2021

Por Antony Pinedo
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Fintechs aprovechan la regulación financiera colombiana de libranza para entregar préstamos a personas con calificación de riesgo; pero advierten algunas limitaciones en la ley...

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Las fintechs en Colombia están incrementando su participación crediticia a través de la digitalización de la libranza, o el descuento directo de nómina.

El crédito al consumo por libranza es el preferido por los colombianos, según un informe especial del Banco de la República de Colombia. Hasta marzo de este año, el descuento de nómina representó el 37,6% de la cartera bancaria de préstamos nacional, cifra distante del 17,4% de participación de las tarjetas de crédito.

Y entre enero y mayo de este año, el sector bancario desembolsó casi 20 billones de pesos mediante este método (aproximadamente US$5.2 millones), un 71,1% más que en el mismo periodo del 2020, según datos de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC).

Desembolso de crédito de consumo en Colombia, junio 2021Ante esta alza en la demanda, que también ilustra la reanimación económica que experimenta el país tras los confinamientos, las startups están capitalizando la tendencia con entrega de préstamos por canales virtuales y con herramientas de onboarding y autentificación digital.

“La libranza es el principal método por el cual empleados y pensionados del sector público y privado acceden a satisfacer sus necesidades de liquidez”, afirma a iupana Mauricio Chacón, CEO de DiBanka, una agregadora de créditos.

La plataforma hospeda a los actores que conforman la libranza, incluyendo a los usuarios, bancos y fintech, o fondos de pensiones y empleadores públicos y privados, para otorgar créditos digitales, relata Chacón.

La libranza es la autorización que da un asalariado para que se le realice un descuento de sus ingresos, con objeto de pagar un préstamo. Es una figura prevalente en Latinoamérica donde el acceso general al crédito es limitado, pues reduce el riesgo para las entidades que se aseguran una fuente de cobro.

Las fintech que se dedican a los salarios “on-demand”, otra modalidad de préstamos respaldados por una nómina y un historial de trabajo, también se están abriendo paso en la región basados en modelos de negocios con cobro mínimo de comisiones y morosidad reducida.

En este contexto, las libranzas en Colombia están cobrando relevancia para la escena de la tecnología financiera, pues también les permiten servir a un nuevo nicho de clientes, como las personas con calificación crediticia negativa, explica Jonathan Mishaan, CEO de ExcelCredit, una fintech de libranzas.

Casi la totalidad de los préstamos que otorgan es a usuarios calificados negativamente por burós de crédito. Incluso, un tercio de sus clientes son pensionistas de entre 60 y 70 años, una población tradicionalmente considerada de alto riesgo moratorio. Los fondos de pensiones y trabajadores del sector público representan al 80% de sus clientes.

“Un tema importante en libranzas es que hay muchas partes que vuelven el producto más complejo y que si uno no se apalanca en la tecnología puede tener un riego operativo en el modelo de negocio”, agregó el ejecutivo.

La empresa espera otorgar este año hasta 20 mil créditos, lo que representa un crecimiento de 35% de su cartera, en comparación con el 2020.

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Limitantes para la libranza

Según el Banco de la República, las cosechas de libranza no se vieron “prácticamente afectadas por el choque derivado de la pandemia”, lo que quiere decir que su nivel de morosidad se mantuvo estable.

Para los entrevistados esto se deriva, en parte, a que la regulación limita el endeudamiento.

“Lo que hace la ley es tratar de poner un poquito de orden para evitar que los trabajadores se consuman todo el salario a punta de crédito. Entonces, otra de las limitaciones que trae la ley es que los créditos de libranza no pueden exceder el 50% del salario”, precisó a iupana Carolina Duque, abogada especialista en banca y finanzas de la firma Baker McKenzie.

El descuento de la nómina es responsabilidad del empleador, que en un plazo de tres días hábiles debe derivar el dinero hacia los operadores financieros. De no hacerlo, la empresa asume la responsabilidad directa de la deuda, otorgándole otro aval a los préstamos

“Si la entidad pagadora no paga al proveedor del crédito es solidariamente responsable por ese monto”, añadió la abogada.

La libranza también puede ‘viajar’ con el empleado cuando cambia de empleo.

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No obstante, el aspecto tecnológico no está contemplado en la regulación, lo que está generando limitantes para que el mercado crezca más aceleradamente, dijeron los expertos.

“La libranza quedó muy corto en eso. Si lo ves, (en la ley) se definieron roles, procesos, actividades y responsabilidades; pero, no se define un canal”, mencionó el CEO de DiBanka.

Otra barrera es que, si una fintech -al ser figuras no reguladas en Colombia- quiere entregar créditos bajo la figura de libranza, debe capitalizarse a sí misma con rondas de inversión o fondos directo de los accionistas, sin la posibilidad de vender pagarés de libranza. Esa actividad está reservada para los bancos y otras entidades dentro de regulación.

“La ley de Libranzas en Colombia no permite vender cartera a inversionistas no regulados, sólo entidades financieras. Por tal motivo, la originación de libranzas se ha concentrado en pocos actores en los últimos años”, señala Juan Saldarriaga, CEO de Juancho te presta, fintech especializada en créditos.

Para esta fintech la libranza es su segunda opción de modalidad de crédito, y representa apenas un 2% de su cartera. No obstante, esperan poder elevar esa participación a un 10% en los próximos 18 meses, agrega Saldarriaga.

“Libranzas siempre será un buen negocio (…) esto solo lo podríamos hacer con recursos propios o en alianza con una entidad financiera vigilada. Estamos trabajando en ello”, concluyó.

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