Las fintech de lending están complementando sus servicios con nuevas propuestas financieras, con el objetivo de sobrevivir en un mercado cada vez más ocupado por startups locales e internacionales y cuyas barajas de productos están remodelando la distribución de los servicios financieros.
“Insisto, no vamos a poder mantener por mucho tiempo el hecho de ser empresas de un solo producto”, advierte Roberto Salcedo, CEO y fundador de Baubap, fintech mexicana de microfinanciamiento enfocada en personas sin historial crediticio.
En Latinoamérica, 1 de cada 5 fintech opera en el sector de préstamos. Es la vertical con más presencia a nivel regional después de la de pagos, de acuerdo con datos otorgados por Diego Herrera, especialista líder en mercados financieros del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un reciente foro chileno.
En México, por ejemplo, figuran 141 prestamistas fintech, que otorgan 13 tipos de créditos que abarcan modelos personales, empresariales, factoring, entre otros, según una reciente exploración realizada por Addem Capital, fondo de deuda con enfoque en América Latina.
“En el pasado, muchas empresas de crédito se quedaron por años siendo compañías de un solo producto. Creo que hoy el mercado está demandando mayor sofisticación de otros servicios, otros productos, y tenemos que responder a ellos”, asegura Salcedo.
El camino para continuar en la carrera podría responder a una conocida fórmula de ‘débito-crédito’, de acuerdo con Miguel López, principal en Addem Capital. Es una opción que ha permitido el escalamiento de diversas fintech en Latam, pero no de todas.
“Es cierto que el modelo débito-crédito es más retador, pero si lo rompes -que es lo que hizo Nubank en Brasil y Oyster en México- creas una especie de sinergia muy diferenciada donde tienes crédito, transacciones, etc.”, dice López.
En la región, la mayoría de los neobancos de la región que comenzaron con el débito no han podido generar una economía unitaria positiva porque el débito por sí solo no suele ser rentable, por lo que los créditos o los seguros podrían marcar la diferencia de participación, sugiere López.
Fintechs de crédito: Apostar por más productos
La ampliación en la oferta de servicios financieros se perfila como una vía imprescindible en la carrera por mantener competitividad a largo plazo, además de la innovación, necesaria para que la vertical de crédito siga construyendo data en un espacio donde la información es escasa.
Algunos jugadores como Baubap están desarrollando su propio engranaje de productos, apostando por modelos similares al de ‘buy now, pay later’.
“Los modelos de ‘compra ahora, paga después’ dependen de la alianza con el comercio, y nosotros estamos haciéndolo a la inversa. Vamos a proveer el crédito a través de un medio de pago digital, el producto quedará prendado a favor de la empresa como garantía de pago, y nosotros ofreceremos el financiamiento a un costo mucho menor que hoy otorgamos en nuestro producto principal”, explica Salcedo.
Asimismo, la financiera tecnológica de microcrédito también está trabajando en un producto de consolidación de deudas, reflejado en la problemática de endeudamiento que atraviesan muchas empresas en México.
Para mitigarla, propone su fundador, facilitarán una solución de pago digital a una tasa “mucho más baja del promedio”, y así llevar esa deuda a un plazo fijo.
Finalmente, de cara hacia al 2022, Baubap planea sumar una tarjeta de crédito diseñada para quienes enfrentan retos de interpretación de créditos rotativos.
“Nuestra visión a largo plazo es transformarnos en un banco digital incluyente para toda América Latina, pero primero queremos diversificar nuestra oferta de financiamiento. Queremos no solo ser una empresa de microcrédito a corto plazo, sino ir ofreciendo nuevos servicios en la medida que los clientes van creciendo con nosotros”, adelanta.
Innovar también como regla
Otros jugadores, como la fintech mexicana R2 Capital están probando con modelos de innovación en América Latina, como es el de embedded finance, una solución de préstamo integrado a procesadores de pago, sistemas de POS y terminales en el punto de venta.
Bajo este modelo, la fintech -montada en plena crisis pandémica- puede analizar las finanzas incrustadas en las transacciones de los negocios, entender su flujo operativo y, a partir de ello, otorgar créditos adaptados a cada perfil comercial.
En América Latina hay un “desafío inmenso” para llegar a las micro, pequeñas y medianas empresas, reflejado en una brecha total de crédito de US$ 1.8 trillones, según datos del BID.
Roger Larach, CEO y fundador de R2 Capital, también considera que el déficit de financiamiento para las pymes es muy grande, situación que se complicó más durante la pandemia. Sin embargo, el crecimiento del e-commerce, junto con la nueva demanda de pagos digitales, permitió habilitar este nuevo esquema de crédito basado en el performance de cada comercio.
“La ventaja que se está dando es que las pasarelas de pago también están creciendo muchísimo. Entonces, mientras crecen los pagos en línea, crecen las plataformas y eso nos da la oportunidad de agregar nuevos servicios, como el de crédito”, detalla Larach.
Actualmente, R2 Capital tiene alianzas con la plataforma mexicana Señor Pago, Rappi Ecuador y una pasarela de pagos en Colombia. El pipeline para este año es asociarse con un total de 30 potenciales partners en la región.
La fintech no descarta que, una vez forjadas las alianzas, contemplen sumar seguros y otros servicios financieros a su oferta.
En esta misma línea, el director de Addem Capital considera que la intersección de pagos es una vertical muy interesante que las fintech deben empezar a explorar, sobre todo por la experiencia de otros mercados donde algunos jugadores ya están moldeando el esquema.
“Los pagos da muchísima data y facilidad para cobrar créditos. Vemos empresas en Estados Unidos, como Stripe y Square, que ya están dando crédito, y ellos tienen una información que, en ocasiones, hasta es más valiosa que la de un neobanco”, menciona.
A juicio de López, es muy difícil que la plataforma de un neobanco actúe como medio central de transacciones para un individuo, por lo que será una regla asociarse con una terminal de pagos para obtener información de transacción, y así facilitar el análisis y cobro de créditos.
En este sentido, los actores coinciden al apuntar a Mercado Libre como uno de los disruptores de la escena.
“En América Latina, Mercado Libre tiene un lugar privilegiado. Muchos de los emprendedores que venden sus productos en la plataforma no tienen información crediticia, pero ellos están tomando la información de transacción para predecir el riesgo crediticio”, indica Diego Varela, CEO y fundador de Findo, fintech argentina de créditos B2B y B2C.
En los próximos años, la plataforma más grande de e-commerce en la región competirá directamente con los bancos en Argentina, México y Brasil, augura Varela, gracias a la estrategia que Mercado Libre forjó junto a Mercado Pago a fin de facilitar el pago transfronterizo en toda la región.
Nuevos caminos en los préstamos fintech
Si bien las alianzas entre fintech es una práctica que puede funcionar, para López esta propuesta no ha tenido “muchos casos de éxito” a nivel bancario, sobre todo para la vertical de créditos.
“No sé si es que el banco ve como un competidor a la fintech, pero sí hay modelos de marketplace donde es más clara la colaboración con los bancos porque estas plataformas actúan como un canal de originación crediticia para el banco. Pero cuando la fintech da el crédito con su dinero, ahí veo un poco más complejo el tema de la colaboración”.
Por su parte, Varela aclara que la vinculación entre las fintech y los bancos tradicionales se está gestando, pero desde un enfoque de habilitación tecnológica.
El algoritmo crediticio de Findo analiza las aplicaciones, contactos, ingresos, y otros datos que extrae desde los smartphones para evaluar el riesgo de crédito de un usuario, y otorgar un préstamo instantáneo.
“Nosotros trabajamos con muchos de estos bancos y no lo hacemos desde un lugar de competencia, sino de poder cubrir tanta demanda insatisfecha”, expresa el fundador de la startup. En este proceso también son socios de alianza estratégica los grandes retailers, necesarios para facilitar el expertise del scoring crediticio en los puntos de venta.
Desde Baubap sostiene Salcedo que, si bien el respaldo, recursos y estructura de un jugador grande pueden favorecer en algunos aspectos el desarrollo de una fintech de crédito, también pueden ser una “limitante a la innovación”. Desde su punto de vista, esto ocurre en la alianza Rappi-Banorte.
“Es una tarjeta de crédito compartida, donde aprovechan que Rappi tiene millones de usuarios activos en México, pero realmente no es una innovación de producto y, además, va dirigida a personas que ya tenían tarjeta de crédito o débito, entonces creo que por ahí hay ciertas limitantes”, opina el CEO.
Pese a ello considera que la evolución de las distintas propuestas de valor será una constante prioritaria en el segmento para poder “sobrevivir y competir en el futuro”.
López, de Addem Capital, asegura por su parte que, aunque las fintech de crédito están enfocadas en nichos específicos de atención, a largo plazo la disrupción abarcará muchos otros segmentos.
“Naturalmente las fintech se han enfocado en un segmento, pero -eventualmente- los bancos del mañana van a ser estas fintech. Si bien el entorno actual es retador, para las fintech es una tierra muy fértil para seguir creciendo”, proyecta.
También puedes leer: Chile apunta a ser un hub fintech pero la falta de regulación atenta contra el proceso
¡Estás invitado al iupanaConnects!
Este miércoles, 26 de mayo, ejecutivos de fintechs de préstamos se suman a más de 60 líderes del ecosistema fintech en América Latina en iupanaConnects, el evento de networking exclusivo y de alto nivel para nuestra comunidad. Ya cerramos la convocatoria para mayo, pero te invitamos a apartar tu cupo para el próximo evento en julio –para reunirte con los nivel-C de inversionistas, socios y fintech. Separa tu espacio, aquí.