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Gota a Gota: La estrategia de las fintechs Stori y Monet contra el crédito informal en Colombia

Oct 14, 2024

Por Sebastian Estrada

Los créditos especulativos en Colombia son un lucrativo negocio criminal que ha puesto en jaque a las autoridades. Ahora, las fintechs intentan contrarrestarlo con estrategias tecnológicas y de comunicación diferenciada

Los préstamos informales, también conocidos como gota a gota en Colombia, son el principal reto para las fintechs especializadas en crédito, en medio de unas condiciones regulatorias y de contexto socioeconómico que retan la masificación de los préstamos digitales en el país.

La situación se presenta como desafío para un recién llegado como el unicornio mexicano Stori, que aterriza en el país atraído por la evolución del ecosistema. Sin embargo, estrategias como las de la fintech local Monet, han demostrado cierto avance en contrarrestar los “pagadiario”, principalmente buscados por trabajadores por cuenta propia o para la compra de bienes básicos, como alimentos, combustibles o útiles escolares.

En el trasfondo, un escenario donde solo un 35.3% de los colombianos cuenta con acceso al crédito de instituciones formales y más de la mitad de las personas está empleada en el sector informal, alimenta la demanda por este tipo de financiamiento que cobra intereses de hasta 10% diarios, incluso cuando la tasa de interés al consumo está anclada actualmente en 28.17% mensual y ha experimentado reducciones.

“Nos gustaría que las condiciones fueran más cercanas a las de otros países, donde no tuviéramos que competir contra alternativas ilegales, criminales que no respetan esta tasa límite”, comenta Carlos Ayalde, gerente general de Stori Colombia. “Pero mientras haya una, la respetaremos al pie de la letra, jugaremos con esas reglas y buscaremos ser sostenibles bajo ese marco”.

Esta práctica de usura del gota a gota, que incluso algunos analistas identifican como ligada a las organizaciones criminales transnacionales, ha motivado al Gobierno colombiano a intentar ampliar la oferta crediticia para proyectos productivos, a través de herramientas como el fortalecimiento del fondeo colectivo.

Sin embargo, nuevos competidores digitales como Nubank o Lulo Bank, y otros con mayor experiencia como Nequi, coinciden en que la “tasa de usura”, que es calculada por la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) y que establece el valor máximo de los intereses moratorios que puede cobrar una institución, está restringiendo el acceso.

Ayalde explica que la incursión de Stori al mercado colombiano también supone saltar barreras como la poca información en el sistema financiero y la limitante de intereses que pueden cobrar a sus tarjetahabientes. Esto dificultará que puedan captar clientes que implican mayor riesgo, cobrándoles más por línea de crédito, una estrategia con la que han basado su crecimiento en México.

“Especialmente en el tema de riesgo de crédito, entendiendo que la gran mayoría de nuestros clientes tiene algo de informal, el score típico de buró con una certificación de ingresos no es lo que nos va a permitir realmente hacer buena originación de crédito a estas personas. Como respuesta a ello, estamos buscando siempre incluir otras fuentes de datos para generar nuestros propios algoritmos avanzados. Tenemos un equipo de aprendizaje automático y eso nos ha permitido avanzar”, explica el gerente.

 

Sin buró de créditos

Por su parte, desde Monet, una fintech colombiana que ha colocado unos US$ 30 millones en 1.5 millones de créditos desde el 2020 para segmentos que no tienen acceso, la historia es diferente. Consideran que la limitante de la tasa de usura no es un obstáculo crítico para brindar oportunidades financieras a quienes se encuentran excluidos del sistema.

María Camila Fajardo, directora de estrategia e inclusión financiera en Monet, explica que: “no hablamos de tasas de interés o de irnos a una tasa de usura. Nos salimos un poco y nos desmarcamos de eso, dado que nuestro costo es realmente por el uso de la plataforma, por todo un paquete que se compone del crédito”.

La fintech observó dos factores clave por los que los usuarios se deciden por los gota a gota: la inmediatez y los montos que ofrecen. En base a eso construyó una estrategia centrada en ofrecer microcréditos o créditos de bajo monto que van desde COP 50.000 hasta COP 500.000 (de US$ 12 a US$ 120), que se asignan usando un análisis con herramientas de banca abierta (open banking).

“Analizamos de si el cliente está reportado en las centrales de riesgo, o no, a través de open banking. Es un análisis alternativo del riesgo de crédito, sobre las transacciones que tienen estos usuarios, no solamente de quienes tienen cuentas en bancos tradicionales, también de los que tienen billeteras digitales y que en ocasiones son micronegocios”, detalla.

Basados en esto, la firma ha llegado a más de 952 municipios en Colombia o un 95% del país, con una mora en su cartera por debajo del 3.5%, mientras que su tasa de recurrencia es de 85% y una tasa de aprobación que asciende a 70%.ncluye.

María Camila Fajardo, Directora de Inclusión Financiera de Monet, formará parte del panel de speakers top del Disruptoras Day, este 22 de octubre en Bogotá. Un día entero dedicado a la innovación para la inclusión.

Una comunicación diferente

En lo que sí coinciden los entrevistados en que el crédito digital en Colombia requiere de una manera de informar y presentar los beneficios de manera particular para los potenciales consumidores.

Monet ha creado un ecosistema para que sus usuarios puedan acceder a beneficios, como educación o conferencias sobre emprendimiento, a cambio del cobro de una tarifa al hacer uso del crédito. Además, una parte importante de su oferta se basa en generar reportes positivos de los usuarios de la fintech, sin excepción.

“En lo que llevamos de operación en Colombia desde el 2019, ya estamos cerca de generar 500 mil reportes positivos realizados en las centrales de riesgo de nuestros usuarios, que ven esto como construcción de su historia crediticia y les genera un compromiso hacia nuestra fintech”, detalla Fajardo.

Con esta política, un 68% de los usuarios acceden a crédito pese a contar con un reporte negativo en una central de riesgo o no tener un historial crediticio. De este grupo un 10% obtuvo una tarjeta de crédito tras su crédito con Monet y 21% accedió a un crédito con la banca tradicional.

Por su parte, Stori se está apalancando de un proceso de solicitud de tarjeta de créditos a través de WhatsApp, buscando aprovechar la altísima penetración de los teléfonos inteligentes en el país y que un 94% de la población ya posee un producto de depósitos, según la Superintendencia Financiera (SFC).

“Facilitar el acceso es esencial, que el manejo del producto sea fácil. Esa es otra barrera muy importante que estamos enfrentando y lo fundamental de nuestra misión es hacer que las finanzas sean más accesibles”, menciona Ayalde.

“Lo escogimos así porque todos saben cómo tener un chat con alguien, es como hablar con alguien que te está preguntando ¿cómo te llamas?, ¿cuántos años tienes? y eso facilita que le expliquemos a los usuarios cómo funcionan los productos”, concluye.

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