La banca siempre ha sido vista como conservadora, y la de inversión aún más. Sin embargo, la transferencia de riqueza entre generaciones exige que el manejo patrimonial se digitalice, creando un equilibrio entre el café con el asesor y el dashboard con el alza y caída de las acciones.
Estimaciones privadas calculan que al menos US$ 84.000 millones serán transferidos de abuelos a hijos y nietos en los próximos 20 años, en un fenómeno conocido como “la gran transferencia de la riqueza”. Ante ello, empresas de gestión de patrimonio, advierten que están en plena transformación digital con el fin de entender mejor este nuevo perfil de cliente.
María Noel Hernández, directora de gestión de patrimonio del holding financiero Zest Group, explica: “un millennial piensa de forma diferente a un boomer, que se conforma con un café cada tres meses con su asesor financiero. Actualizar el servicio de banca privada implica adoptar tecnología y cambiar la relación, enfocándose más en el mundo digital o en lo que una wealthtech puede ofrecer”, dice a iupana
Zest ofrece una cuenta de inversión en Estados Unidos desde los US$ 50.000 dólares con acceso digital a distintos activos, además que ayuda a establecer perfiles de inversión. En abril cerraron una alianza con XP Investimentos de Brasil para llevar productos al lado hispanoparlante del continente. Según Hernández, esta estrategia responde a un tema cultural, porque las familias inversionistas de cada país tienen mayor apertura a soluciones locales.
Añade que están incorporando tecnología como un habilitador para las nuevas generaciones y para democratizar el acceso a las inversiones. Hernández adelanta que en 2025 lanzarán un producto de manejo patrimonial con menor promedio de ingreso, aunque no detalló la cifra.
“Hay dos temas en el cual la confianza y el profesional es muy importante: la salud y el dinero. […] La tecnología no viene a desmerecer todo eso, como la IA no viene a dejarnos sin trabajo, pero sí va a potenciar mucho el trabajo de esa persona y lo que se proyecta es que las próximas generaciones busquen esquemas más híbridos”, concluye la directora.