La empresa argentina Pomelo, un proveedor de infraestructura tecnológica para bancos y fintechs, levantó US$ 40 millones en serie B liderada por Kaszek. En el actual contexto económico, donde es más fácil ver un eclipse que una ronda de etapa de crecimiento, Pomelo logró en tres meses y medio cerrar su financiamiento, con lo cual apuntan alcanzar la rentabilidad en 2025.
La negociación también genera optimismo entre el mercado de las fintechs un poco maduras, que buscan capital más allá de las rondas semilla, donde se han concentrado la mayoría de los tickets en los últimos 12 meses. Además, refuerza las previsiones que esperan que los inversores preferirán las apuestas por empresa que brinden servicios a otras empresas (modelos BSB o B2B2C).
“Esta ronda es parte del camino a la rentabilidad. […] Al final es consolidar nuestro liderazgo a través de una propuesta de valor que sigue mejorando y que puede servir no solamente a más empresas, sino también a muy buenos clientes”, dijo a iupana Gastón Irigoyen, CEO y cofundador de la fintech.
Entre sus 120 clientes destacan Rappi, Bitso y Stori, quienes usan la plataforma para lanzar o escalar productos financieros. Según Irigoyen, los inversionistas estuvieron dispuestos a financiar a la fintech (fundada en 2021) por su tracción comercial, la aceleración de sus ingresos y por la evolución positiva de los márgenes del negocio. Aunque reconoce que el proceso de due diligence fue más profundo y exhaustivo.
Entre sus planes, la empresa también apunta a consolidarse en la región. México es su principal plaza, en cuanto a número de clientes y volumen de pagos, y aseguran que reforzarán su apuesta en Colombia, Brasil, Argentina y Chile.
“Nuestro negocio no está tan directamente relacionado con la cantidad de clientes, sino con la calidad de los clientes y el volumen que terminan generando en pagos. En este caso, en todo lo que es asociado a pagos con tarjetas y también qué tan exitosos son en el largo plazo”, concluye el CEO.