El regulador bancario peruano aprobó la creación del sandbox regulatorio de modelos novedosos, que pretende fomentar las empresas financieras con innovación tecnológica, pero limitó la iniciativa a organismos regulados por la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras de Fondos de Pensión (SBS).
De esta forma, si una fintech desea participar en el espacio de prueba, antes deberá gestionar una licencia en la SBS.
El reglamento establece que podrán realizar pruebas piloto empresas bancarias o de seguros, las administradoras de fondos de pensiones (AFP), organismos financieros estatales como el Banco de la Nación y empresas con autorización de organización de la SBS.
“Es un sin sentido porque se supone que, si es un modelo novedoso, no necesariamente el modelo novedoso va a provenir de una licencia preexistente”, comentó a iupana Jacqueline Escobar, asesora legal de Finsmart Perú, una fintech dedicada a factoring.
“La lógica es atraer a empresas que quieren innovar en el mercado financiero en general. Que no están sometidos a estos vehículos tradicionales”, añadió la especialista.
El objetivo de un sandbox es asignar un espacio para que los modelos de negocio novedosos, que requieran flexibilización normativa o modificaciones regulatorias, prueben sus proyectos en entornos controlados, con usuarios y tiempos limitados. El lanzamiento de areneros ha venido ganando extensión en Latinomérica.
La norma establece que las fintechs que tienen licencia de organización, sí podrían aplicar al arenero.
Para ser empresa supervisada por la SBS, se tienen que obtener dos licencias: la primera es una autorización de organización; que habilita la creación de una empresa, y la segunda, una autorización de funcionamiento; que le permite iniciar operaciones.
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“Una empresa podría estar dos años para ver el resultado del sandbox: el año que te toma obtener la licencia de organización, más el año que dura el sandbox como mínimo, entonces en dos años te vas a enterar si las conclusiones de la SBS son flexibilizar una normativa”, agregó Álvaro Castro, director de Sumara Hub Legal.
El reglamento da a las instituciones financieras hasta 24 meses para probar nuevos modelos. Además, permite que dos empresas o más puedan presentar en conjunto la solicitud de autorización para realizar una prueba piloto. La norma aclara que la responsabilidad recae en la empresa de producirse daños o perjuicios hacia los participantes.
“A diferencia de otros países, el sandbox de la SBS no permite, formalmente, la figura del sponsorship o el partnership. Eso no está”, explicó a iupana el abogado, refiriéndose a las alianzas entre entidades reguladas y no reguladas que supondrían otra vía de entrada al espacio controlado.
Reguladores y sandbox
Ambos entrevistados coincidieron en sugerir la coordinación entre la SBS y la Superintendencia de Mercado de Valores (SMV). Esta institución tiene competencia en negocios que involucren valores mobiliarios o instrumentos financieros, en las fintechs crowdfunding, por ejemplo.
Estos reguladores están facultados por la legislación peruana para lanzar espacios controlados; pero, no están avanzando al mismo ritmo en sus propuestas de sandbox para las fintechs.
“Lo que hace falta es que la SMV, que ve que su par ya sacó su sandbox, se ponga las pilas y saque también su sandbox”, recomendó Castro.
En el mismo sentido, Escobar señala que es fundamental la coordinación entre la SBS y SMV al momento de proponer medidas temporales “porque evidentemente van a haber modelos novedosos que van a trastocar los dos ámbitos de competencia de estas dos entidades y también del Banco Central de Reservas del Perú”, concluyó.
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