Hoy el efectivo ha perdido protagonismo a gran escala: el 90% de las transacciones son digitales, ello según el comportamiento de usuarios en SafetyPay.
Previo a la pandemia del coronavirus, el porcentaje de transacciones que se procesaban era 70% electrónico y 30% efectivo en la plataforma. La inmovilización social, entonces, provocó en el usuario un cambio en el comportamiento de compra, adaptando sus necesidades al campo digital.
“Mi expectativa es que probablemente en volumen, terminemos con uno similar al del año anterior,” pronostica Gustavo Ruiz Moya, CEO de SafetyPay. “Lo que sí estamos viendo es que, son transacciones de menor volumen, pero con mayor margen.”
Desde la declaración progresiva de inmovilización social en la región, los proveedores de soluciones de pago digital han visto un crecimiento significativo a favor de transacciones contactless, como es el caso de NovoPayment.
“Estamos recibiendo petición de certificación de programas contactless porque es lo que el nuevo cliente va a pedir, entonces ya hay clientes nuestros que se están adelantando en renovar sus parques de medios de pago en plástico”, explica Anabel Pérez, CEO de NovoPayment.
Desde Smart Beta Fix, start up mexicana de soluciones de cobro y pago digital, también han experimentado más demanda.
“Se ha incrementado la demanda porque esta crisis no solo está impactando en la vida de cada persona, sino también en los comercios. Aquel comercio que no tiene un canal digital para vender, está contando los días [de confinamiento] con ansiedad para llegar al momento en que esto termine y todo regrese a la ‘normalidad’”, pronostica Allan Flores, cofundador y CTO de Smart Beta Fix.
Pagos digitales: Repunte pero también retos
Aunque el efectivo ha tenido un retroceso significativo como principal medio de pago en la región, y las tarjetas, pagos desde cuenta y pagos móviles han ganado terreno, hay retos a la adopción.
Para los expertos, las causas son diversas. En el caso de NovoPayment, Pérez asocia el bajo uso de canales digitales por “falta de priorización”.
“Creo que ha sido falta de priorización en algunos países y proveedores. Hoy, más que nunca, el que no participa en este tipo de servicios, va a necesitar incorporarlo porque, si no lo tiene, su cliente se va a mover al banco de al lado o al proveedor de la esquina,” explica.
Para Omar Arab, vicepresidente ejecutivo de desarrollo de negocios corporativos en VeriTran, la poca adopción está ligada a un asunto de resistencia a las transacciones en línea.
“Muchos consumidores aún se sienten más cómodos dependiendo de pagos tradicionales, por su simplicidad de uso, aceptación universal y por una sensación de control y seguridad,” comenta el directivo.
Por su parte, Flores también comparte la opinión de Arab al mencionar que la renuencia al dejar la zona de confort es de las principales barreras de adopción.
“La primera resistencia es parte de la inseguridad. Como no conozco el medio de pago, me da inseguridad usarlo, y me quedo con la tarjeta y el efectivo. Y como no hay incentivos tan fuertes que me hagan cambiar mis hábitos, entonces sigo haciendo lo propio,” figura.
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Incentivos, clave para la adopción de pagos digitales
La coyuntura del coronavirus ha permitido que hoy los pagos digitales o contactless entren en vanguardia; sin embargo, los actores consideran que el foco de atención ya no se centra en la creciente demanda, sino en cómo hacer sostenible estos canales a largo plazo.
Desde SafetyPay explican que han trabajado en un plan de sostenibilidad que incluye promociones para bancos y establecimientos.
“Con los establecimientos, impulsamos campañas donde se dan incentivos y premios.”
Flores también concuerda en este tipo de incentivos, a la vez que agrega beneficios directos en el ticket de compra, por ejemplo, o la generación de puntos, como es la estrategia de las tarjetas de crédito.
“Dentro los principales esfuerzos que tenemos que hacer en este momento de crisis es aprovechar esa curva para darles confianza [a los consumidores], alternativas de pago con una muy buena UX para que, cuando la crisis termine, los medios de pago digitales se vuelvan su comodity”, agrega.
Tal y como ocurrió la revolución del internet y el smartphone, lo que se necesita es una adopción dramática de los pagos digitales y ello, para Anabel Pérez, no ocurrirá sino con el “verdadero compromiso de los actores relevantes en ofrecer estas experiencias y que se hagan las inversiones necesarias para llevarlas a cabo.”
Como sostiene Flores, “si no implementamos iniciativas directas y concretas y que le digan al usuario que va a tener beneficios, va a acabar la crisis y vamos a regresar a nuestros hábitos anteriores.”
Pagos digitales: Qué esperar post-COVID-19
Aunque los pagos digitales en América Latina presentan matices en lo que se refiere a adopción los grandes y pequeños comercios se van sumando a la tendencia en el uso de medios “sanitarios” de pago, a fin de contrarrestar el contagio.
El panorama económico navega aún en un mar incierto, pero los expertos ofrecen un prognosis positivos para los pagos digitales post-COIVD-19.
Para Pérez, la adopción de pagos digitales no se detendrá pues las personas han apreciado el comercio electrónico en términos de conveniencia. Por el contrario, pronostica una tendencia en lo que se refiere a compras programadas.
“Así como hoy pagan la suscripción de Direct TV, Netflix o Spotify, muy probablemente [la gente] esté dispuesta a pagar suscripciones en nuevas categorías de comercio que le permitan acceder a bienes y servicios de forma regular, y así estar seguros que, frente a una eventualidad, no pasarán por las calamidades que han estado sufriendo en las últimas 7 u 8 semanas.”
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Una escena similar comparten desde VeriTran al mencionar que la revolución digital permanecerá y las industrias continuarán apostando por ellas.
“El consumidor querrá seguir siendo independiente y los pagos digitales serán su herramienta. Las billeteras digitales seguirán creciendo para evitar contacto físico y poder realizar la mayor parte de las diligencias diarias desde nuestras casas.”