Cerca de un 35% de los usuarios mexicanos todavía tiene desconfianza al momento de comprar en línea, según datos de Conekta, una pasarela de pagos digitales.
La inseguridad viene de la tasa de fraude electrónico, que es seis veces mayor que en su vecino Estados Unidos, y el hecho de que más de la mitad de la población adulta no tiene cuenta bancaria y apenas un 18% posee tarjeta de crédito.
«Como industria tenemos que mantener niveles bastante altos de seguridad y generar confianza para que el e-commerce realmente despegue en México,” dijo Cristina Randall, cofundadora de Conekta, durante su participación en un panel en Finnosummit, un encuentro de la industria fintech realizado la semana pasada en la Ciudad de México.
La emprendedora agregó que para ello será fundamental que el país, que registra uno de los mayores niveles mundiales de cibercrimen, desarrolle legislación que endurezca las penas por fraude.
Oportunidades digitales
Si las empresas de pagos digitales pueden superar los desafíos de crimen y confianza, un mercado grande les espera.
Todavía el 71% de todas las transacciones de consumo privado en el país ocurren con dinero en efectivo, según Visa. Y el país todavía cuenta con pocos terminales de punto de venta, en comparación con su gran extensión geográfica y demográfica.
“Esto suma una oportunidad de transacción de más de 500 millones de dólares que están pasando en efectivo. Hay una gran oportunidad para México como país, para el ecosistema de pagos y los bancos de reemplazar ese cash,” consideró Ruben Salazar, vicepresidente senior de Visa.
Los bancos y empresas de tecnología financiera tendrán que buscar soluciones ideadas para los problemas del mercado local.
“No sólo en México, en Latinoamérica, el gran reto es digitalizar los fondos de los empleadores, los gobiernos, los que entregan liquidez a los consumidores finales en forma de nóminas y pagos,” agregó Alberto Jiménez, líder de producto de IBM Watson Commerce, especialista en comercio electrónico.