Mientras las instituciones financieras hacen lo posible por facilitarle los pagos a los consumidores, muchos en Brasil recurren a la tecnología llevable para ayudar en esta búsqueda.
Visa hizo la primera gran apuesta en las Olimpíadas de Rio de 2016. En sociedad con varias compañías brasileñas, como Banco Bradesco, distribuyó dispositivos a una selecta audiencia de consumidores, celebridades y atletas. El propósito era demostrar el uso de anillos, pulseras y relojes que pudieran hacer compras con sólo tocarlos en cualquier terminal de tecnología compatible con comunicación de campo cercano (NFC).
“No estaba clara cuál sería su reacción o aceptación, pero resultó ser muy positiva,” le dijo a iupana Alessandro Rabello, director de producto de Visa. “Los emisores de tarjetas vieron oportunidades de negocio y comenzaron los proyectos.”
Banco do Brasil lanzó un brazalete NFC en junio 2017. Trigg, un emprendimiento de tarjetas de crédito online, lanzó un producto similar, Trigg Band, en octubre. Y Santander siguió la tendencia con Pase Santander, un brazalete y calcomanía con tecnología NFC para pagos con crédito y débito.
“Santander cree firmemente que los medios de pago sin contacto pueden hacer una diferencia significativa en la experiencia de nuestros consumidores,” dijo Frederico Botto Trevisan, director de las áreas de cuentas y tarjetas de crédito de Santander. El banco no ha dicho cuántos Pases Santander están en uso, ni ha dado detalles sobre la proporción de las transacciones hechas con tecnología de no contacto.
Dijo que si bien los pagos NFC están en una etapa temprana en Brasil, este tipo de accesorios no son sólo una moda: “Es conveniente para el consumidor y mejora su vida diaria, como se ha demostrado en proyectos con motociclistas y atletas.”
Por ahora, 28% de los clientes de Trigg tienen su Trigg Band. Se estimaba que Trigg tiene más de 50.000 clientes activos en diciembre, aunque no haya revelado una cifra oficial.
“Con Trigg Band, le damos a nuestros clientes un sistema de pago alternativo. No creemos que sea el final del plástico, pero va a coexistir con otros métodos,” dijo Marcela Miranda, directora y cofundadora de Trigg. Miranda ve la tecnología llevable como un motor para el cambio conductual. “Los clientes que tienen un Trigg Band hacen 20% de sus compras usando el dispositivo,” afirmó.
Estas iniciativas de tecnología llevable pusieron a Brasil a liderar la tendencia, aunque todavía no hayan conseguido que se instale masivamente, dijo Rabello. “Visa condujo proyectos pilotos en diferentes países. Después de Rio 2016, con emisores estrenando tecnología llevable y soluciones de pago de no contacto, Brasil es uno de los pioneros.” Añadió que los consumidores australianos han sido los más entusiastas al respecto del uso de estos dispositivos.
Igualmente, en la adopción de estos métodos de no contacto, Brasil está detrás de España, ya que ahí han tenido tarjetas de no contacto por más tiempo, dijo Trevisan de Santander. “Pero vamos por buen camino,” aclaró.
La aceptación es el gran obstáculo
El uso de la tecnología llevable es gradual, empezando con gente que usa los dispositivos en ocasiones específicas, para ir a la playa o salir a correr. Para que su uso realmente despegue, los consumidores necesitan confiar en que van a poder hacer pagos con dichos dispositivos en muchos lugares.
Brasil tiene cerca de 3 millones de puntos de venta NFC, cubriendo 80% de todos los puntos de venta electrónicos. Sin embargo, Marcela Miranda de Trigg subrayó que los pequeños proveedores de puntos de venta como Stone y Safra necesitan actualizar sus máquinas. “Puede ser difícil conseguir un aparato compatible con la tecnología NFC fuera de las grandes ciudades. Esto puede ser un problema,” dijo.
Las barreras culturales pueden ser otro obstáculo. Algunos vendedores no saben si tienen un punto de venta con tecnología NFC, por ejemplo. “Hay consumidores y vendedores que no saben cómo operar la tecnología. Estamos trabajando en nuestra comunicación para ayudarlos a entender cómo funcionan los pagos sin contacto,” explicó Rabello.