La validación de cuentas se perfila como un factor crítico para frenar el lavado de activos en América Latina, en un escenario donde la integración financiera amplifica el riesgo de que simples fallas en la identificación se conviertan en puertas abiertas para redes ilícitas.
Un pago fallido implica pérdidas operativas y revela una brecha en los controles de identificación en una industria que está en un proceso acelerado de digitalización. En un esquema de lavado de capitales, estas debilidades se convierten en un terreno fértil para las cuentas mula y transacciones fragmentadas que buscan pasar inadvertidas.
“Validar que la persona es la dueña de la cuenta es un parámetro, porque puede ser un prestanombre. Entonces, puedes validar el registro de población, puedes validar biometría, puedes pedirle más data. Hay distintas formas con distintos parámetros de información para ir blindando el caso y mitigar el riesgo”, dice a iupana Roberto Gaudelli, director comercial de Prometeo, una fintech de infraestructura de API.
“Con estos distintos parámetros de información, más algún modelo predictivo, como interpretes información, se puede ir bajando el riesgo de lavado activos o de fraude”, añade.
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) asegura que en un contexto de creciente adopción de pagos digitales y de impulso a la interoperabilidad, la validación y autenticación de cuentas son fundamentales para garantizar la seguridad y eficiencia del sistema.
Los pagos fallidos tienen un enorme impacto: se calcula que en 2020 este problema costó más de US$ 118.000 millones a nivel global, principalmente por errores en datos bancarios y validaciones incompletas.
Si una fintech realiza miles de transferencias diarias y un pago rebota porque el número de cuenta no coincide con el titular y el sistema reintenta sin validar la identidad real, es un flujo que ayuda a la industria ilegal a realizar operaciones de blanqueo.
Por eso, la validación de cuentas, además de ser un requisito operativo, también es un punto crítico para la integridad del sistema y, combinada con otros parámetros, puede generar alertas tempranas. Cada error en la autenticación afecta la experiencia del usuario y abre espacio para operaciones ilícitas. Bancos y fintechs necesitan entender esta conexión.
“Si un cliente empresarial quiere validar que la persona a la que le está dando un crédito o le está haciendo un pago, es quien dice que es, nos consulta y nos dice ‘¿a nombre de quién está esta cuenta bancaria?’, yo voy a la fuente oficial y valido que la cuenta está en nombre del titular”, comenta Gaudelli.
De validar cuentas a seguir el rastro
Comprobar quién está detrás de una cuenta es el primer paso. El siguiente es entender por dónde circula el dinero, y ahí la blockchain ofrece una ventaja que el sistema tradicional no tiene.
“A diferencia del sistema financiero tradicional, y ni hablar del efectivo, las transacciones en blockchain son altamente trazables”, explica Manu Hersch, especialista en cumplimiento de la billetera fiat-cripto Lemon Cash.
Añade que esta tecnología permite ver movimientos en tiempo real y reconstruirlos hacia atrás, gracias a su naturaleza de libro abierto.
Para bancos y fintechs, esto significa que los flujos blockchain no son un agujero negro, sino una fuente de datos. Con la expertise adecuada, se pueden detectar vínculos entre wallets, patrones sospechosos y exposición a direcciones de riesgo.
Hersch señala que el dato derriba un mito pues, aunque blockchain y las criptomonedas suelen asociarse al lavado de dinero, las operaciones ilícitas en esta red representan menos del 1%.
“El medio preferido por los criminales para lavar sigue siendo el efectivo, y nadie se planteó prohibirlo”, recuerda el experto.
Adoptar una estrategia integral significa combinar validación de cuentas con trazabilidad. Juntas permiten confirmar quién está detrás de la operación y seguir el recorrido del dinero, para que, ante sospechas de lavado, la investigación sea rápida y precisa.
“Blockchain permite que quienes nos dedicamos a la prevención y a la investigación tengamos herramientas muy potentes”, sentencia Hersch.