Nicaragua quiere captar a los grandes jugadores del sector fintech, y lo intenta con la aprobación de un nuevo marco reglamentario que refuerza las reglas de juego para Proveedores de Servicios de Pago (PSP) y Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV). La norma eleva las obligaciones de seguridad, tecnología y criterios operativos mínimos a niveles similares a los de sus pares latinoamericanos.
Expertos señalan que la medida incentiva “que jugadores más grandes que ven esta regulación con buenos ojos -desde la perspectiva que son estándares y no barreras de entrada-, aprovechen la oportunidad, sobre todo en Nicaragua donde todavía el mercado está bastante virgen”, según señaló a iupana Carlos Romero, socio y director de regulación financiera en Romero Consulting.
Con un nivel de bancarización que no alcanza ni siquiera al 20%, Nicaragua adolece de servicios financieros generales, y el efectivo es todavía el instrumento predominante a la hora de pagar, de acuerdo con el Banco Central (BCN)de acuerdo con el Banco Central (BCN). “El tema cultural de servicios financieros digitales todavía tiene mucho camino que recorrer”, aclaró Romero.
Y precisamente apuntando a un mayor desarrollo del ecosistema de pagos es que el Consejo Directivo Monetario y Financiero del BCN obliga ahora a los PSP y los PSAV a contar con un capital social mínimo que puede ir desde los US$ 109 mil dólares hasta los US$ 300 mil dólares, según el servicio autorizado. Antes de esta regulación, en Nicaragua no se establecían montos mínimos de capital para que las billeteras solicitaran sus licencias.
Si bien ahora “el monto exigido es significativo» el análisis de las proyecciones de ganancia de este PSP en su primer año de operaciones, da para cumplir con esta obligación. “Estas son cifras que las fintech usan para entrar al mercado e instalarse. Es una cifra lógica”, opinó el letrado.
Aparecen agregadores de pago
Otro de los puntos más destacados es que se incorpora la figura del agregador de pagos o sub adquirente, como aquel PSP autorizado que, bajo contrato con uno o más adquirentes, ofrece a múltiples comercios acceso a esquemas de pago que ha contratado con uno o más adquirentes, suministrando para estos fines tecnología y/o dispositivos de acceso (POS, mPOS, Pasarelas de Pago Online, entre otras) y recibiendo en nombre de estos, los fondos resultantes de las órdenes de pago.
Respecto de la licencia para PSP y PSAV, si el proveedor ya posee licencia o registro como PSP y solicite licencia o registro adicional como PSAV, o viceversa, solo deberán presentar un formulario de solicitud al presidente del BCN, así como un plan de negocio detallado sobre un resumen ejecutivo del proyecto, descripción de la estructura organizativa, modelo del negocio, análisis de mercado, plan operativo, tecnológico y financiero, entre otros.
“Las billeteras no han tenido mucho impacto por el costo de las transacciones de manera electrónica. Lo mismo con el mundo cripto cuyo uso todavía es escueto ya que solo se da de forma P2P, pero no hay criptoexchanges constituidos en el país”.
También se establece un piso mínimo tecnológico para estas fintechs de pago y cripto, exigiéndoles el uso de una plataforma “robusta, escalable, segura y resiliente, para asegurar la confidencialidad, integridad, disponibilidad de las operaciones y los datos”. Para ello, deberán cumplir con una infraestructura segura, seguridad de aplicaciones, seguridad de la red y gestión de vulnerabilidades. Adicionalmente, los PSAV deberán sumar custodia segura de AV, capacidad tecnológica para regla de viaje, monitoreo de blockchain, gestión de códigos, y más.