El negocio de los créditos de carbono promete ser cada vez más grande, alineado con las metas de los países y las empresas de limitar sus emisiones contaminantes y cumplir con sus objetivos sustentables. Y esa es la meta que persigue el Banco do Brasil (BB), el segundo más importante del país, que está ampliando su emisión y comercialización de créditos de CO² con miras a una oportunidad inmensa.
Los bonos de carbono son instrumentos de deuda dedicados a reducir, capturar o evitar emisiones de gases de efecto invernadero. El capital recolectado en sus colocaciones es invertido en proyectos que buscan mitigar los efectos adversos de las dispersiones, a través de planes de reforestación, protección de ecosistemas sensibles o el incentivo a la agricultura limpia.
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