El Banco Pichincha en Perú está reorganizando su estructura gerencial, tecnológica y de talentos para potenciar su estrategia de open banking, con el fin de impulsar una nueva línea de negocio e ingresos.
Como parte de su plan, el séptimo banco del sistema, en cuanto a captaciones y colocaciones, también está adelantando el desarrollo de sus APIs (interfaces de programación de aplicaciones) para exponer a terceros, buscando asociaciones con otras entidades, e incluso, preparando una propuesta regulatoria para el supervisor peruano, que está en las primeras etapas de desarrollar su modelo de finanzas abiertas.
Así, el banco de origen ecuatoriano se suma a la tendencia del intercambio de datos para la construcción de nuevos productos y servicios, un movimiento al que las instituciones latinoamericanas empiezan a unirse con mayor velocidad, a medida que sus adversarios fintechs y big techs capitalizan casos de uso que generan disrupción en el mercado, atrayendo a los clientes.
“Pichincha está pasando por una reingeniería”, dice en entrevista a iupana Liz Riveros, líder de integración y banca abierta de Pichincha Perú.
“Se están reestructurando muchas áreas. Hasta el año pasado el banco no veía nada de open banking”, agrega. “Un objetivo que tenemos desde la gerencia es poder implementar un modelo operativo y tener un caso de uso de open banking a fin de año”.
Para alcanzar este objetivo, la dirección del banco ha sumado nuevo talento a la institución en un proceso de cambio interno que empezó desde finales del año pasado. Además, sigue de cerca el avance de lo que están haciendo sus pares en mercados más maduros como Brasil, donde el open finance está avanzando con rapidez.
“La idea es que nosotros podamos monetizar nuestras APIs y se vean como un producto”, anota la ejecutiva, hablando sobre la arquitectura que permitirá al banco comunicarse con otras entidades, y viceversa, con el fin de compartir funcionalidades.
“Estamos viendo que el crecimiento de la ‘apificación’ no solamente es para sistemas y aplicaciones internas de un banco, sino que también podemos hacer negocio con las APIs que tengamos y podamos exponer para partners, para otras entidades, las cuales sumen hacia nuestro negocio”, agrega.
La primera funcionalidad que esperan presentar en los próximos meses es la consolidación de todas las cuentas de clientes en la aplicación del banco, algo que esperan que impacte en la experiencia de usuario y que será el punto de partida del área de open banking.
“Es nuestro primer caso de uso, sin necesidad de generar un modelo de negocio», revela la vocera y añade que buscarán alianzas con otros bancos para desarrollarlo. Más adelante, el banco también prevé desplegar una solución de pagos que permitirá abordar y usar tarjetas de otros bancos para transacciones desde su app.
Propuesta para el regulador en Perú
La regulación es un factor determinante para el desarrollo del open finance, como lo ha demostrado el avance más efectivo del esquema en Brasil, donde el banco central requiere su adopción obligatoria y ha instruido al sistema en cada paso del despliegue. La experiencia contrasta con México, donde la falta de normativa ha detenido el desarrollo del modelo.
A pesar de que bancos y fintechs reconocen las potencialidades de intercambiar información transaccional, el esquema aún no logra madurez en la región, según un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y FData, una asociación global que promueve las finanzas abiertas. El sondeo encontró que una de las mayores barreras para el desarrollo está en la falta de normativa.
Por ejemplo, Perú es un mercado donde las leyes para el fomento de las finanzas abiertas están en proyecto preliminar, por lo que aún falta mucho por recorrer hasta que se publique una ley al respecto.
Banco Pichincha dice que una forma de acelerar el proceso es que surjan propuestas desde el sector privado, necesarias para motivar a los reguladores. Una vez que el banco haya definido su propio modelo de operación harán una propuesta a la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS).
“Decirle: mira, tengo este modelo operativo. Sabemos que hay otros bancos que también están viendo estos temas y estamos siguiendo estas normativas a nivel mundial, como Brasil, como Colombia, como México, que ya vienen implementado el open banking y ya están siendo regulados”, adelanta Riveros.
Controlar las APIs
Pero antes de eso, el banco está poniendo orden en su proceso de adecuación de datos y en cómo los abrirá y administrar de cara a otros jugadores. Pichincha está tomando dirección protagónica sobre la construcción de su arquitectura abierta. Riveros señala que antes sus APIs eran desarrolladas e implementadas por terceros, pero ahora quieren tener más visibilidad.
“La idea es que nosotros nos empoderemos. Es tener el control porque muchas veces se terceriza y para el personal del banco eso es una caja negra, el cómo se hace todo. La idea es nosotros tener el control de las aplicaciones y de las cosas que podamos construir”, apunta.
El banco está en proceso de contratación de una empresa como proveedora tecnológica, pero recalca que este socio debe ayudar a que las APIs sean un producto del banco, bajo su dirección y desarrollo. E igual de importante, que generen una plataforma capaz de arrojar ingresos.
“Ese es el objetivo: poder reducir costos con proveedores y que el conocimiento, y toda la responsabilidad, se quede dentro del personal del banco”.