El blockchain y la tokenización de activos agrícolas tienen el potencial de ampliar las oportunidades de acceso a crédito que los productores disponen, al permitir utilizar las cosechas como colaterales digitalizados y disponibles en el smartphone.
Este tipo de innovación busca dar soluciones financieras en un sector económico tradicionalmente complejo y vulnerable, como el de la producción agrícola, sujeto a embates climáticos y largos ciclos productivos, que a menudo se traducen en falta de liquidez y transacciones en ambientes informales, lo que dificulta su acceso a la banca tradicional.
Se basa en una premisa clave: al tokenizar las materias primas se amortiguan los riesgos que el financiamiento agrícola supone para bancos y fintechs. El contenido de los silos, como soya, maíz o trigo, es convertido en activos virtuales tokenizados, rastreables e intercambiables, que pueden ser listados en plataformas de inversión o utilizados como garantías. El sistema blockchain además crea un historial de transacciones y, por lo tanto, hace más fácil definir el perfil financiero de los productores.
“El productor hace una cesión de ese derecho de cobro a Agrotoken, que emite los tokens. Ahora tienes los granos, en vez de estar depositados en tu pueblo, en el teléfono o en una tarjeta de crédito y los puedes gastar en cualquier lugar del mundo”, apunta a iupana Eduardo Novillo, CEO y cofundador de Agrotoken, una fintech argentina que está digitalizando commodities agrícolas.
Por cada token existe una tonelada de granos que el productor vendió y entregó a un acopiador. A cambio el productor recibe un compromiso de compra de la cosecha, lo que le genera un valor real.
La consultora global PwC fiscaliza que no se emitan más tokens que el volumen de producción depositado. Mientras, los precios de los agrotokens se basan en los tres índices que arroja el Grupo Matba-Rofex (la Bolsa de Cereales argentina) y que reflejan en tiempo real el valor de los granos de soya, maíz y trigo.
En noviembre, Agrotoken enlistará los primeros tokens a disposición de inversionistas a través de la exchange cripto Ripio, bajo la figura de una stablecoin respaldada en granos.
El ejecutivo asegura que ya se hicieron transacciones por más de US$ 30 millones y que hace poco, a través de un acuerdo con Visa, se pagó una taza de café con el equivalente a 0,021 toneladas de maíz.
“Lo que hicimos es que convertimos un activo inmovilizado como el grano, que por ahí está en un silo o en un campo, en un activo financiero”, recalca Novillo.
Santander confía en los agrotokens
En marzo de este año banco Santander de Argentina aceptó la propuesta de Agrotoken e hicieron una alianza para colocar préstamos para productores agrícolas.
“Hicimos todo el development del token como garantía de préstamo […]. Pasamos todo lo que es compliance europeo, para que nuestro token sirva de garantía para que un productor vaya al Banco Santander y pueda pedir un préstamo”, dice Novillo.
Históricamente, la banca tradicional ha ofertado soluciones limitadas para el financiamiento agrícola. En 2019, la participación del crédito agrícola en Latinoamérica y El Caribe representó solo el 6,1% del crédito total, según datos de la CEPAL, FAO e IICA.
Novillo asegura que tiene conversaciones avanzadas con más bancos de Argentina y Brasil para la colocación de financiamientos. “La banca tradicional tiene una garantía que antes no tenía: una garantía perfecta, que no genera incobrabilidad, ni mora”.
Santander reconoció que para ellos es una “experiencia novedosa utilizando tecnología blockchain para generar nuevos negocios”, una tendencia que se espera siga creciendo.
La aplicación del blockchain en la agricultura tiene mayores avances en Brasil, aunque principalmente vinculados a la trazabilidad de las cosechas, como lo ha hecho el marketplace Gavea. Otras empresas que están explorando tecnologías que mejoran el financiamiento agrícola en Brasil son ZurichBank y Agrolend.
“Creo que la tecnología puede abrir nuevas oportunidades de crédito. Esto conlleva a posibilidades de tarifas diferenciadas para el productor”, dijo en septiembre Vítor Uchôa, fundador y CEO de Gavea.
Agrotoken, por su parte, cree que además de apoyar a los productores han descifrado un modelo de negocio rentable. Cobra una tarifa por cada movimiento que el token realiza, entre el 0,5% y el 1% del costo del grano al momento de la transacción. “Apuntamos al gran volumen de movimiento de estos fees”, cuenta Novillo.
También revela que actualmente están en “pleno proceso de una preserie A”, pero que primero están interesados en terminar su aterrizaje en Brasil. Novillo también asegura que la inversión en commodities agrícolas es una forma para protegerse de la inflación y devaluación económica que sufren los países de LatAm.
“Es una moneda que tiene resguardo en un activo real y siempre estarán resguardados en un underlying asset; en lo que está atrás del token, que es comida. Y hasta que desaparezca la humanidad se va a necesitar comer”.
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