Con la cuarta fase iniciada en diciembre del año pasado, el sistema financiero abierto avanza en Brasil. Sin embargo, aún necesita ganar mayor relevancia para, de hecho, demostrar que puede traducirse en los beneficios de inclusión tan esperados por la población.
La expectativa es que el open banking pueda incluir a 4,6 millones de brasileños en el mercado de crédito, beneficiando a los usuarios tanto en términos de participación, como de ampliación del acceso a un crédito más asertivo, según un estudio publicado en abril por Serasa Experian, una empresa brasileña de investigación crediticia.
En un ejemplo de su avance, el BCB anunció recientemente la evolución del open banking al open finance. Como resultado, el modelo cambia de una iniciativa de banca abierta tradicional, centrada exclusivamente en datos y servicios relacionados con productos bancarios, para convertirse en una estrategia más amplia que abarca otros instrumentos financieros como, cambio, inversiones, seguros y pensiones.
El BCB espera que la medida facilite el entendimiento entre el público en general, que aún está confundido sobre el sistema, lo que ha afectado el nivel de adhesión de los cuentahabientes dispuestos a compartir sus datos.
En marzo, las interacciones en el marco del open banking (o llamadas de APIs) crecieron 112%, con respecto al mes anterior, según un levantamiento de la consultora financiera BIP, en un claro ejemplo de que el sistema está alcanzando nivel. No obstante, el estudio también revela que han desafíos que de ser superados podrían acelerar aún más el despliegue, como obstáculos de conexión entre instituciones, calidad de los datos y superposición de las fases.
Aunque el desarrollo ha sido más lento de lo que pensaban muchos expertos, tanto para Paulo Marcelo, CEO de la aceleradora e integradora de tecnología Solutis, como para Vini Lima, country manager de Backbase, desarrolladora de plataformas para bancos, el futuro del sistema de finanzas abiertas es bastante prometedor.
“El caso es que ya sea la banca abierta, como nació, o las finanzas abiertas, que expandieron el concepto al ecosistema, es inevitable que el cliente esté en el centro, comience a marcar el ritmo y esté interesado en tener la capacidad de elegir”, enfatiza Marcelo.
El sistema de finanzas abiertas, al igual que lo hizo la Ley General de Protección de Datos (que legisla sobre el consentimiento de los usuarios), pone a los consumidores en condiciones de elegir con quién quieren compartir su información y con quién quieren operar. “A los bancos tradicionales les gustaría tener los datos solo para ellos, pero este movimiento de innovación abierta, open innovation, ha aportado un concepto muy bonito: el cliente puede elegir con quién operar”, agrega Marcelo.
Con la banca abierta, y el permiso de cada titular de cuenta, las instituciones participantes se conectan directamente a las plataformas de las demás y acceden a los datos autorizados por los clientes. Todo este proceso se realiza en un ambiente seguro, diseñado por el Banco Central de Brasil (BCB); y la persona puede cancelar el permiso cuando lo desee.
Reto clave para la banca abierta: Convencer a los clientes
Lima, por su parte, reconoce que hoy el potencial de la banca y las finanzas abiertas está lejos de lo que pueden ser. Del lado de los clientes, falta comprensión sobre el sistema y los beneficios que obtendrán al compartir sus datos.
“La banca abierta tiene que ser más absorbida. Necesitamos una, dos o tres grandes instituciones poniendo el poder en manos del cliente final”, dice agregando que la institución que salga primero, brindando claridad e interacción para navegar en el universo de la banca abierta, tendrá una ventaja.
Lima agrega que Backbase está realizando una investigación para comprender el impacto de la banca abierta en los brasileños. Aunque no se ha publicado el resultado final, el ejecutivo adelanta que, en general, muchas personas están conociendo qué es open banking, pero pocos saben cómo impactará en sus vidas.
“Las instituciones financieras que invierten en evangelizar a los clientes sobre Open Banking tienen condiciones para salir adelante, porque al final se vuelve más claro para el cliente entender por qué compartir los datos”, explica a iupana.
La baja masa crítica de usuarios dispuestos a abrir sus datos fue precisamente uno de los puntos destacados por ejecutivos bancarios entrevistados recientemente por iupana. Helena Caldeira, CFO de Banco Inter, y Pedro Bramont, director de negocios digitales de Banco do Brasil, coincidieron en que la inclusión de más usuarios en el sistema es el principal desafío de la banca abierta.
Otro reto mayor en los primeros años de adecuación está en la integración entre todas las partes, dice Marcelo. El ecosistema que se diseñe debe tener una orquestación entre empresas enfocadas en diferentes nichos, complementando sus ofertas.
“La integración y la colaboración son claves para el éxito”, destaca el CEO de Solutis.
Inyección de recursos en la economía
La oportunidad de banca abierta en Brasil es muy grande. Al analizar los impactos económicos de la banca abierta en la vida de los brasileños, el estudio de Serasa Experian revela que el marco financiero abierto puede inyectar R$ 760.000 millones en la economía (unos US$ 152.000 millones).
También proyecta que puede generar un aumento del 49% en la capacidad de pago mensual estimada de la población, de R$ 929 a R$ 1.391 (US$ 278).
En una nota, el jefe de Open banking de la consultora, Leonardo Enrique, explica que con la combinación de información de distintas fuentes es posible obtener un puntaje crediticio aún más preciso y medir mejor la probabilidad de que un consumidor entre en mora.
Según el ejecutivo, en la evaluación de los análisis, los bancos y fintechs tendrán una estimación entre el valor obtenido experimentalmente y el valor real de los ingresos de sus clientes, ya sea recurrente o no.
Estas configuraciones permiten comprender realmente cuál es el compromiso de ingresos de una persona y su disposición a asumir nuevos créditos.