Se espera un recorte en el ritmo de las inversiones en el sector fintech latinoamericano en medio de un periodo de incertidumbre económica, a nivel regional y global.
Los efectos colaterales de la pandemia y la guerra en Ucrania están golpeando los resultados de la región, que está viviendo tasas de inflación históricamente altas, encarecimiento del crédito y una lenta recuperación económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha previsto que la región sufrirá precios aún más altos como resultado del alza de los combustibles y las demoras en las cadenas de suministro, consecuencia del conflicto bélico precipitado por Rusia.
Estos indicadores podrían secar los recursos dirigidos al sector fintech de América Latina – y puede ser que el año pasado fuera el último con crecimiento récord en inversión.
Pero defensores del sector dicen que una tendencia a enfocarse en fundamentos sólidos, planeación a futuro y que hay espacio para nuevos modelos de negocio, mantendrá el flujo de las inversiones corriendo, aunque a menor velocidad.
“El año pasado, Latinoamérica recibió la inversión más grande en su historia, aún en un contexto de COVID-19 y aspectos políticos o económicos poco favorables”, explica a iupana Jorge González, inversionista privado y socio director de la firma G2 Momentum Capital en México, que tiene en su portafolio a fintechs como Finerio o Kubo Financiero.
Pero este año el inversionista está observando una reducción de un 10% en el ritmo de sus desembolsos de venture capital, versus el 2021 cuando la región captó unos US$ 13.000 millones: un 269% más que el año anterior, registrando un número sin precedente de mega rondas y unicornios, según datos de CB Insights.
Aunque la región está acostumbrada a periodos cíclicos de inflación, en los últimos meses ha incrementado considerablemente. Países como Perú, por ejemplo, afrontan el indicador más alto en sus últimos 26 años. Por ello, se prevé que el crecimiento económico en LatAm no sea alentador. Brasil y México, dos de las economías más fuertes, solo crecerían un 0,6% y 1,4% respectivamente, según un pronóstico de Goldman Sachs.
Ante este panorama diversos bancos centrales han comenzado a elevar la tasa de interés en sus economías como medida para frenar el incremento de precios.
“En el mundo de las inversiones, como el de venture capital, se realizan apuestas a largo plazo. Por lo que, las coyunturas económicas, que creemos que serán de corto plazo, no suelen influir en nuestras decisiones. Los proyectos que revisamos deben tener un impacto más allá de las crisis”, agrega.
Devaluación de fintechs
Las nuevas condiciones más retadoras en el frente financiero también tienen repercusión en la estabilidad política, como se está viendo en Perú donde las protestas por el encarecimiento de la vida continuaban hoy.
Esto tendrá impacto en la valoración de las empresas fintechs, reflejando el aumento del riesgo país; aunque González no prevé un descalabro de valores.
“La inestabilidad que ahora se vive claro que influye, porque en un principio afecta las valuaciones de entidades públicas, lo que trae como consecuencia una devaluación en las compañías privadas. Pero no veo una crisis de precios”, asegura.
La capitalización de mercado de Nubank, por ejemplo, se ubica en unos US$ 34.500 millones, tras alcanzar unos US$ 52.000 millones en su IPO en diciembre.
En este contexto las firmas de inversión deberán seguir priorizando el análisis de la rentabilidad de los negocios y que cubran una necesidad perdurable más allá de la coyuntura, en espacios de inclusión de sectores no bancarizados o apalancamiento de nuevas tecnologías, dijo el inversor.
Sus comentarios resuenan con los del gigante SoftBank, que en febrero dijo a iupana que espera que la expansión del sector fintech continúe a pesar de los shocks, porque está lejos de tocar un techo de desarrollo.
Además, una vez levantado el capital las firmas de inversión tienen el mandato de invertirlo, independientemente de los factores externos.