Las firmas digitales son un medio seguro para verificar la identidad de los clientes y facilitar procesos de onboarding digital, potenciando la experiencia del usuario y el desempeño de bancos y fintechs.
Son un recurso que permite la continuidad de los negocios desde el ámbito físico al digital, mientras facilita los procesos comerciales y los hace transparentes y amigables, priorizando al consumidor, según resaltó un panel de expertos en el taller online “La firma electrónica en fintech y banca”, organizado por iupana.
A continuación, te presentamos las conclusiones más relevantes del encuentro:
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¿Qué son y cómo usar firmas digitales?
La firma electrónica es el equivalente de la firma manuscrita con la que se validan contratos para servicios o productos virtuales, siempre y cuando el proceso de su emisión se rija por los medios legales establecidos en cada país.
Para su generación se debe acceder al portal de un proveedor de este servicio y según el tipo de firma que se requiera (avanzada o simple), existen pasos preestablecidos para verificar los datos y la identidad del usuario. También para analizar el documento que se desea firmar.
Esto puede ocurrir en el caso de las firmas electrónicas de tipo avanzada, en el cual el usuario debe ir ante una autoridad certificadora –una entidad que varía según el país-, para validar sus rasgos biométricos y que se le entregue un certificado personal.
“El problema con las firmas avanzadas es que muchos usuarios no desean certificar su firma con alguna entidad regulatoria porque temen que se utilice su información para cobrarles mayores impuestos. Esto no ocurre así, pero el temor es válido. Por ello, la firma de tipo simple es más factible”, explica Rodrigo Torres, gerente regional de ventas de OneSpan, empresa de seguridad cibernética.
Las firmas electrónicas simples, también pueden ser usadas para trámites legales, sin necesidad de recurrir a una entidad certificadora mayor. Aunque deben tener un mínimo de requerimientos de seguridad, un proveedor de certificados puede generarlas. Algunos usuarios optan porque su firma sea su nombre al final de un correo electrónico o escanean su firma manuscrita; ambas acciones son válidas.
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¿Cómo mejorar la experiencia del usuario con firmas electrónicas?
Torres recomienda a bancos y fintechs incorporar firmas electrónicas a su operación para evitar agregar pasos a la hora de contratar nuevos productos y servicios, como que el usuario se acerque a la sucursal del banco o tenga que imprimir algún documento.
Otra de las características que debe tener la firma electrónica, es que sea de marca blanca. Es decir, los proveedores del servicio no deben intervenir con sus logos o nombres en ellas.
“Como usuario puedo estar haciendo un trámite para un determinado banco y al firmar el contrato me aparece un logotipo adicional, que no es de la entidad con la que yo deseo realizar una operación. O aparecen mensajes en otro idioma que no es mi idioma nativo. Esto genera desconfianza”, explica.
“Los usuarios deben estar seguros de que el convenio que están realizando es solo con la entidad financiera que eligieron. Del mismo modo, deben sentir que sus datos están protegidos y no son compartidos a otra organización”, menciona Aguilar.
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Cumplir con la regulación sin fricción
Brindar un buen recorrido para el consumidor debe ir de la mano con garantizar la seguridad de las distintas operaciones y cumplir con las normas regulatorias. Pues los fraudes, el lavado de dinero y el robo de identidad avanzan tan rápido como las nuevas tecnologías.
“Las entidades financieras solemos mezclar lo tecnológico con lo tradicional para poder cumplir con todas las normas regulatorias. Y aunque sabemos que para el cliente puede ser engorroso acercarse a la sucursal siempre que realice una operación, cada vez más los oficiales de cumplimiento consideramos la experiencia del usuario”, comenta Rebeca Álvarez, socia directora de Loxical, una consultora de asesoría legal para entornos digitales.
“Además, las normas regulatorias no siempre nos exigen que hagamos uso de la firma electrónica avanzada; que es con la que se genera más fricción para el usuario. Lo que se nos exige es estar seguros de la validación de identidad, algo en lo que proveedores de servicios de firmas electrónicas vienen haciendo nuevos avances”, concluye Álvarez.