La seguridad y la falta de usos provechosos para bancos y usuarios limitarán el despliegue del open banking en México, sostiene Juan Carlos Espinosa, responsable de banca digital e innovación de HSBC en ese país.
La promesa del open banking de aumentar la inclusión, competencia e innovación en el sector financiero todavía no se hace “tangible”, añade Espinosa. Adelanta que el HSBC está preparado para abordar el esquema desde el costado tecnológico, pero que esperan por modelos de negocio atractivos que motiven a los clientes a abrir sus datos al ecosistema financiero
“Todavía no he visto la tangibilización del valor de open banking para los usuarios, donde de verdad ha explotado y haya sido un diferencial de migración de usuarios entre entidades o de entidades financieras y fintech”, compartió con iupana el ejecutivo, refiriéndose al estado de las finanzas abiertas en regiones donde el protocolo viene avanzando desde hace un tiempo, como Europa.
Junto con Brasil, México ha liderado el despliegue de las finanzas abiertas en Latinoamérica. Sin embargo, el regulador del país aún no ha publicado las disposiciones secundarias que normarán su aplicación real.
Medios locales divulgaron un borrador de la normativa que obligará a los bancos a compartir los datos de sus ahorristas, siempre y cuando estos lo autoricen. Según el documento, se espera que las disposiciones también aceleren la escala de las big techs en el país, que aprovecharían la portabilidad financiera para captar clientes.
En este contexto, el modelo aún no logra maduración.
“A diferencia de Pix o CoDi, [el open banking] no lo veo todavía como un caso de éxito relevante”,,” dice Espinosa.
“Los pagos han sido relevantes y demostrado que pueden disminuir el uso del efectivo, incrementar el uso de pagos electrónicos de todo tipo de persona a persona, con códigos QR, con APIs de pagos. Ahí se puede ver un poco más la tangibilidad, pero no necesariamente en el consumo y exposición de datos”, dice.
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Seguridad del open banking
Aunado a ello, otro desafío para la escala que pueda experimentar la banca abierta en México será la “dicotomía” de entregar datos a terceros en una órbita donde se advierte generosamente sobre el fraude digital.
México ocupa el segundo lugar con más ciberataques en el top 10 de amenazas detectadas en América Latina y el Caribe, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana del país.
Para enfrentarlo será necesario que la aplicación de tecnológica evolucione hacia el consentimiento, manejo, cumplimiento y protección de los datos, un reto que deberá superarse para acelerar la adopción.
“También va a haber una labor importante de comunicación de instituciones financieras, gremial, y más amplia en términos de todos los que participamos del ecosistema para darle transparencia y seguridad a los usuarios sobre qué pueden hacer, cuál es su responsabilidad, pero también cuáles pueden ser sus ventajas”, previene.
Una vez que se publiquen las reglas secundarias concernientes a la apertura de datos transaccionales, el banco comenta que confrontará también el desafío de proteger sus propios datos frente a terceros.
“Va a ser una competencia agresiva, pero a la vez también de protección. En la medida que tienes más clientes y más datos, tienes más que exponer para que otros consuman”, dijo Espinosa.
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HSBC: Estrategia de banca abierta para México
El consumo de información de los usuarios otorga a las instituciones financieras una ventaja para desarrollar propuestas de valor diferenciadas y adquirir clientes. Sin embargo, también conllevará a un entorno de alta competencia.
Para abordar la escena, el quinto banco más grande del país apostará por reutilizar el stock tecnológico, infraestructuras y arquitecturas que han empleado en otros países donde el modelo de banca abierta ya ha sido implementado, como Reino Unido y Hong Kong, entre otros.
En México, la entidad adecuará su tecnología a las propias reglas del entorno.
“A diferencia de entidades más pequeñas donde la inversión para open banking es muy costosa y prefieran utilizar a un habilitador, como hubs y APIs, nosotros preferimos hacerla porque tenemos la escala para reutilizar lo que ya hemos hecho: la infraestructura y la arquitectura central”, explica.
Aunque el modelo de open banking en México ha tenido un proceso tardado de implementación (se esperan las reglas secundarias desde el 2018, tras la promulgación de la Ley Fintech), el banco se prepara para la implementación de la tecnología y el desarrollo de productos para las próximas etapas.
En suma, para HSBC las oportunidades estarían enfocadas en la adquisición de nuevos clientes, mejorar y complementar el análisis de riesgo crediticio, y mejorar en todos los canales de atención -sobre todo digitales-.
“Una vez que tengamos los casos de uso de cómo utilizar la información, cómo depurarla, cómo presentarla, cómo conectarla con un caso de negocio, ahí es donde puede haber colaboración con una fintech que te ayude a ser mejor”.
“El día que haya APIs de pagos, por ejemplo, de iniciación de pagos, también pudiera haber colaboración porque estas iniciaciones de pago se van a dar en los comercios electrónicos. Ese es otro tipo de empresas con las cuales seguramente exploraremos colaborar”, asegura.
Finalmente, iupana consultó con HSBC sobre la posibilidad de adoptar un modelo de Banking As A Service (BaaS) como parte de su estrategia de finanzas abiertas e integradas, a lo que el directivo respondió que si bien es un tema que han explorado y probado en otras regiones para ciertos nichos y servicios, en México la idea estaría descartada, al menos de momento.
“Para los bancos que no pretenden tener escala y crecimiento de cara al cliente y ser el que maneja la relación con el cliente, el BaaS será un modelo mucho más natural. En cambio, si tienes la ambición de crecimiento de clientes y tú manejar la relación y la vinculación, el modelo BaaS no es la principal estrategia”, opina.