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The future of finance in LatAm & the Caribbean

O futuro das finanças na América Latina e no Caribe

El futuro del crédito está en los datos (especialmente los alternativos)

Sep 13, 2021

Por Eyanir Chinea
iupana-provenir

Los usuarios van dejando huellas digitales que pueden convertirse en avenidas para evaluar su potencial capacidad de pago

 

El acceso al crédito en América Latina es una práctica dispar. Pero una mayor disponibilidad de datos de los clientes puede abrir posibilidades para potenciar el terreno, al permitir a las instituciones financieras generar nuevas vías para evaluar el riesgo de las personas que buscan préstamos.

Uno de cada tres latinoamericanos no tiene acceso al crédito y, la situación para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) -columna vertebral de las economías de la región-, no es mejor. Solo un 45% de las compañías se ha acercado al financiamiento, según el Banco Mundial.

La tecnología tiene la capacidad de cambiar esta realidad.

“Durante muchos años, especialmente las instituciones financieras tradicionales, han estado limitadas por la información que tienen y analizan, para ver hasta dónde decir ‘sí creo que me puedes pagar´», explicó Gustavo Méndez, líder de industria de servicios financieros de Deloitte México.

“Pero hemos visto en el último par de años, que hay más datos; y con más datos hay posibilidades de tener mejores evaluaciones”, puntualizó, como parte de su participación en la más reciente clase magistral de iupana sobre el futuro del crédito en América Latina.

En particular, los datos alternativos harán la diferencia: ¿dónde se mueve una persona? ¿qué hábitos de consumo muestra su wallet? ¿paga al día sus cuentas de servicios?

Esto será especialmente necesario si se considera el alto porcentaje de la población que se desenvuelve en la economía informal y que no está bancarizada, lo que les impide crear historial. Si bien la crisis derivada del COVID-19 empujó a millones de personas a abrirse una cuenta o billetera digital, todavía queda mucho por hacer en materia de inclusión financiera.

“A través del dispositivo celular, es increíble la cantidad de información que se puede sacar de allí. Solo el 30% tiene historial crediticio pero el 97% tiene un celular”, enumeró Gabriela Herrera, ejecutiva de ventas senior de Provenir, un proveedor de software basado en nube para productos de créditos.

“Estamos saliendo de esta bomba que es el COVID. La información tradicional de los burós ha quedado desactualizada”, puntualizó.

En este contexto, las herramientas de ciencia de datos e Inteligencia Artificial (IA), incluyendo machine learning, serán fundamentales para captar la información (con previa autorización de los usuarios), organizarla y efectivamente convertirla en un recurso para puntuar los hábitos de consumo –y pago- del usuario, agregó la experta.

Incluso algunos bancos con estructuras de legados complejas están migrando hacia herramientas y creando modelos de negocios novedosos para acercarse a clientes con productos ágiles. También para hacerle frente a la competencia que viene por todos los flancos, en fintechs y grandes minoristas que siguen explorando el terreno financiero con fuerza.

“Que el legacy […] no sea un impedimento para tener agilidad de competir con las nuevas fintech y nuevos retailers, que coincido, son una amenaza latente porque tienen mucha información disponible, tienen mucha riqueza de datos”, consideró Lorenzo Blesa Sánchez, jefe de riesgo e ingeniería financiera de BBVA.

El ejecutivo detalló que el banco español, por ejemplo, usa una estrategia de «decoupling”, que les permite desacoplar procesos críticos del core bancario tradicional para tener una admisión mucho más ligera y la capacidad de usar datos en tiempo real.

Compra ahora, paga después

Entre las alternativas de crédito digital que más vienen creciendo –y mantendrán su expansión- está la del pago a plazos o buy now, pay later (BNPL).

“Es una tendencia que llegó para quedarse”, sentenció José Vargas, vicepresidente ejecutivo y gerente general de Provenir América Latina.

Se espera que los consumidores en Estados Unidos, uno de los mercados donde más gana terreno la práctica, hagan casi US$ 100 mil millones en compras minoristas utilizando programas BNPL en 2021, en comparación con los US$ 24 mil millones de 2020, de acuerdo a una proyección de Cornerstone Advisors, una consultora de servicios bancarios.

En Latinoamérica la vertical empieza a dar sus primeros pasos, atrayendo a inversionistas y clientes en las tiendas

“Para que el BNPL cale en el mercado latinoamericano […] es necesario un proceso digital de punta a punta, con el cual puedas dar una autorización en línea y prácticamente inmediata en el punto de venta”, consideró Blesa.

Para ser exitosos, los modelos también tienen que arrojar mínima fricción, ofrecer una buena experiencia de usuario (UX) y “balancear” eso con un análisis crediticio y contra fraude potente, agregó Herrera.

“En Latinoamérica es una posibilidad para que los usuarios empiecen a crear su crédito con tickets bien pequeñitos”, agregó la ejecutiva.

“Las fintech, sobre todo, están evaluando basados en cuál es el producto que se quiere comprar, porque no es lo mismo comprar maquillaje que una computadora, claramente tienen uso diferente, y eso se puede utilizar también para la evaluación del riesgo”.

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Crédito para pymes

Las pequeñas y medianas empresas generan hasta el 50% del Producto interno Bruto (PIB) de América Latina, puntualizó Méndez de Deloitte. Sin embargo, al ser un mercado tan diverso e informal, sigue estando bastante desatendido financieramente.

Con las pymes también se presenta la misma barrera de acceso que con los préstamos personales, la falta de historial crediticio, por lo que los datos alternativos también son trascendentales para llegar a los clientes y entregar créditos eficientes que permitan desarrollar los negocios.

“Crédito para pymes, creo que es uno de los productos más necesitados en la región. El motor de las economías está basado en la micro, pequeña y mediana empresa”, dijo Vargas.

El ejecutivo recordó que todavía el proceso crediticio en este segmento depende muchas veces de procesos manuales, e incluso, visitas de agentes de microfinancieras a emprendedores. Pero de a poco, el proceso se está haciendo digital.

“Hoy tenemos un modelo híbrido: un poco digital, un poco manual. Pero creo que vamos a tener un modelo como el que vemos en Estados Unidos y Europa, que son 100% digital […] Créditos desembolsados en 20 minutos”, adelantó.

Un alza en la penetración del crédito puede ayudar a revitalizar la alta tasa de mortalidad de las empresas pequeñas. En Latinoamérica solo el 45% de las pymes sobrevive los dos primeros años, de acuerdo a datos del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP) de 2020.

Las premisas para el crecimiento de los modelos bancarios que se dirijan a este sector son similares a los de los créditos para personas. Deben ofrecer experiencia de usuarios gratificantes, reducir fricción y pasos para lograr el objetivo del usuario, e incluso agregar servicios de educación financiera y apoyo operacional para los empresarios, como plataformas contables y tributarias, coincidieron los ponentes.

La personalización y la flexibilidad también serán cruciales.

“Las pymes, muchas son muy cíclicas, no tienen un ingreso fijo […] el paquete acartonado del crédito tradicional, con pagos fijos cada mes o cada quincena, no funciona. Tienes que armarle un traje a la medida”, concluyó Méndez.

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